Derrame.-

El hueco en el pecho se abre, la sangre corre por las escaleras de la mente. Un hilo fino de dolor que se entremezcla con la sonrisas efimeras, efimeras como todo lo que nos rodea, efimeras como nuestra propia existencia. Pasajeros de caminos cansados en este viaje sin destino , pasantes gratuitos pagando peajes de vida. Nuestra mente me persigue en cada baldosa, resquebrajada suerte esta que me contiene, que me recubre de espinas la carne al caer la noche, mientras el cuerpo busca excusas para mantener viva la conmocion cuando en resumen el deseo no es mas que personal, no somos si no soldados eternos de nuestra propia satisfaccion absoluta. Entes egoistas sufriendo en cuerpo y alma las exigencias que nuestra propia esencia nos reclama, pero ni asi somos capaces, pero ni asi somos capaces de complacernos.